Se puede leer en las crónicas del Inca Garcilaso de la Vega que la colla era la esposa del Inca, la ñusta era la hija principal del Inca, y las hijas menores del Inca al casarse tomaban el nombre de “pallas”. En esta misma línea, Felipe Guamán Poma de Ayala (1613), dice que las “pallas” eran las hijas casadas de los incas. Y en 1776, el Obispo Martínez de Compañon, narra que la palla se bailaba durante la Colonia. Y más adelante, el tradicionista Ricardo Palma comenta la costumbre de presenciar las pallas durante la Navidad limeña.

Sería con la llegada de los españoles que se produjo el sincretismo religioso, es decir, la fe católica venida de Europa se impuso a las creencias incaicas. Por ejemplo, si los incas rendían culto a los cerros llamados "Apus", encima de estos cerros se colocaban cruces. Así también habría sucedido con las pallas. Si las danzas de las pallas eran para agradecer la llegada de las lluvias, se le adaptó al nacimiento del niño Jesús, que por coincidencia ambas fechas llegaban a fin de año.

Esta danza de origen incaico, ha calado profundamente en las costumbres de los asianos, pues los abuelos trasmitieron la tradición a sus hijos y a sus nietos. En otros tiempos, casi todos los pueblitos de Asia festejaban y concursaban con las pallas. Era común ver pallas en Esquina de Asia, Santa Rosa, La Capilla, La Cooperativa, Rosario, incluso algunos barrios compitiendo entre ellos. Todos con devoción y festejando La Navidad y Bajada de Reyes.

                           

Fuente: Municipalidad Asia